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1. Los fundadores de Corpinnat. 2. El territorio incluido en la nueva marca frente a las fronteras de Cava y Penedès. 3. Así aparecerá el nuevo indicativo en las etiquetas. Fotos cedidas por Corpinnat.

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Corpinnat abre la vía de la zonificación privada en España

Amaya Cervera | Lunes 23 de Abril del 2018

Gramona, Llopart, Nadal, Recaredo, Sabaté i Coca y Torelló son los seis productores que están detrás de Corpinnat, una marca colectiva europea que plantea por vía privada una tarea que el Consejo Regulador del Cava no ha abordado en toda su historia: la zonificación de una denominación que, pese a producir el 95% de sus espumosos en el Penedès, se extiende por Zaragoza, La Rioja, Álava, Valencia o Badajoz. 

“Nace por fin un espumoso de territorio”, dijo Xavier Gramona, co-presidente de AVEC (Asociación de Viticultores y Elaboradores de Corpinnat) junto a Ton Mata (Recaredo) durante su presentación a la prensa madrileña el viernes pasado.

El paso deja claro que el cava de paraje calificado no ha sido suficiente para satisfacer las reivindicaciones del sector más cualitativo de la DO. Cuatro de los miembros fundadores de Corpinnat que comercializan cavas con esta categoría han llevado en paralelo este proyecto de marca colectiva que se empezó a plantear hace seis años y que se ha desarrollado intensamente en los últimos tres gracias al trabajo conjunto de geógrafos, historiadores y abogados.

La presentación se produce en un contexto de cierta preocupación tras la entrada del grupo alemán Henkell en Freixenet y el anuncio hace unos pocos días en La Vanguardia de que Codorníu podría abrir las puertas a un inversor externo. 

¿Comprarías un vino con el sello Corpinnat?

Los miembros fundadores quieren que “la palabra Corpinnat aparezca entre los mejores vinos del mundo y defina un territorio de un vino”. El nombre, que no parece especialmente fácil de recordar, se ha construido con la unión de distintos vocablos en lengua catalana (“cor” es corazón y “nat” nacido) y latina (“pinna” es el origen del topónimo Penedès) y expresa el lema “Nacido en el corazón del Penedès”

Independientemente del éxito que sus promotores tengan en su comunicación (un mensaje diferente que casi se solapa en el tiempo con el cava de paraje y “otra” clasificación más que trasladar al mercado) y en la búsqueda de nuevos socios, la marca colectiva ofrece un modelo innegable para otras zonas (¿una herramienta para productores descontentos con sus DOs?) y en Corpinnat creen que podría hacerse en otras regiones del Cava. 

También prueba la urgente necesidad de los productores de calidad españoles por añadir valor a sus vinos y el hecho de que se muestren cada vez más dispuestos a recurrir a la iniciativa privada cuando la vía oficial (léase Consejos Reguladores) no funciona. Además de la indefinición del territorio en el caso del cava, los precios bajos constituyen un gran freno a la exportación para las empresas que elaboran espumosos de largas crianzas y que tienen que competir en un segmento de precio superior.  

Cultivo orgánico y 18 meses de crianza 

El reglamento asociado a la marca Corpinnat recoge algunas demandas que se quedaron por el camino en el debate de los cavas de paraje como la viticultura certificada en ecológico o el uso de variedades autóctonas (aquí con concesiones: deben ser el 90% de todas las uvas que entran en bodega). Además, el 100% se ha de vinificar en la propiedad y el tiempo mínimo de crianza se establece en 18 meses

Otras disposiciones adicionales incluyen la vendimia manual y que el 75% de las uvas que entren en bodega han de ser de viñedos propios o arrendados a largo plazo.

También se intenta crear valor en toda la cadena estableciendo un precio mínimo de compra de uva de 0,70 €, que es casi el doble de la media que se paga actualmente por uvas para cava (0,40 €). 

En el tema de las variedades, a las autóctonas amparadas por la DO Cava se añaden como novedad la tinta sumoll y la xarel.lo vermell (rosada). Las foráneas que figuran dentro de ese 10% incluyen chardonnay, pinot noir y trepat (la variedad tinta típica de la Conca de Barberà de la que ya existen plantaciones en Penedès). Pero pese a que se limita su participación en el cómputo global, sí se autorizan espumosos monovarietales de chardonnay, pinot noir o trepat, lo que resulta un tanto contradictorio dentro del planteamiento general.

Un territorio que no coincide con la DO Penedès

En el mapa superior puede verse el territorio amparado por la marca Corpinnat que se corresponde básicamente con la zona tradicional de producción de uva para espumosos: la depresión del Penedès con sus sierras adyacentes, pero excluyendo la vertiente litoral y zonas de alta industrialización como el Llobregat. 

En total aglutina casi 23.000 hectáreas de viñedo que representan el 61% de la superficie destinada a la producción de cava.

Impulsar la figura del récoltant-manipulant

Junto a la comunicación de la nueva marca, la tarea más ardua ahora es buscar nuevos compañeros de viaje. Los dos co-presidentes, Xavier Gramona y Ton Mata, confirmaron en la presentación de Madrid que han informado a 40 productores del territorio. 

Aunque Xavier Gramona puntualizó que Classic Penedès nunca fue una opción porque Corpinnat quiere ser “una región de vinos espumosos y no el segundo vino de una zona conocida por sus vinos tranquilos”, están abiertos a incorporar productores que trabajen bajo ese paraguas e incluso han dejado la puerta abierta en el reglamento a los espumosos de método ancestral, muy en auge en la zona (aunque el mínimo de 18 meses de crianza puede ser una barrera en este sentido).

Todos los miembros fundadores aseguraron sentirse muy ilusionados y confiados de que Corpinnat anime a viticultores de la zona a dar el paso a la elaboración para impulsar la figura del récoltant-manipulant, tan relevante actualmente en Champagne y muy poco significativa entre los espumosos españoles. 

En este sentido, la cuota mínima de entrada a Corpinnat para un productor que no supere las 50.000 botellas de producción es de 2.500 €. Puestos a comparar cifras, el distintivo de cava de paraje calificado cuesta 1 € por botella frente a 0,1 € del sello estándar del Cava. 

Xavier Gramona predijo nuevas incorporaciones de forma lenta y progresiva habida cuenta de las altas exigencias del reglamento. En este sentido se han establecido disposiciones transitorias hasta 2021 para adaptarse a sus distintos requerimientos. El reglamento completo puede consultarse aquí.

El grupo cuenta con la bendición del sumiller Josep Roca, quien acompañó al grupo en su presentación en Cataluña y quien podría crear una categoría específica para la marca en su carta de vinos de El Celler de Can Roca. Conseguir que otros hagan lo mismo dentro y fuera de España requerirá mucho más tiempo y esfuerzo.

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