En la Europa francófona, Cordonnier es nombre de vino: tanto desde la distribución en el mercado belga como en la elaboración en distintos châteaux de Burdeos como Saint Aubin, Dutruch Grand Poujeaux y Béard. Etienne Cordonnier, una de las caras más nuevas de Rioja, tiene una larga experiencia en la distribución de vinos en Bélgica, entre ellos algunos españoles y un concepto bien claro de lo que es un gran vino. Su apellido por vía materna, sin embargo, es Leizaola y, de hecho, es nieto del que fuera segundo lehendakari del Gobierno Vasco en el exilio Jesús María Leizaola.
Tras varios años buscando la manera de reencontrarse con sus raíces vascas, en 2011 tuvo la posibilidad de comprar un viñedo en Laguardia (Rioja Alavesa) que respondía a su idea de calidad. “Los grandes vinos –dice Cordonnier– nacen en lugares especiales, a menudo con fracturas geológicas; el drenaje y el equilibrio en la viña son fundamentales”. La parcela, dos hectáreas y media de tempranillo en vaso situado a 520 metros de altitud sobre suelos arcillo-calcáreos, cumplía estas condiciones y además tenía una historia detrás. Conocida como El Sacramento, Etienne cree que podría haber pertenecido a la cofradía del Santísimo Sacramento de Laguardia de la que se sabe documentalmente que elaboraba vino ya en el siglo XVII.
El nombre, unido a una etiqueta seria y de corte muy clásico con el escudo de los Leizaola, encaja bien con la personalidad de Etienne y su pasión por los vinos finos, en especial los grandes tintos de Burdeos.
La ubicación de la viña ha permitido al elaborador belga expandirse y adquirir terrenos colindantes, tanto viñedos en producción como terrenos en los que ha empezado a plantar garnacha blanca y tinta, graciano, maturana tinta y tempranillo blanco. Otra joya es una pequeña parcela de viñas centenarias llena de murgones (el viejo sistema de reponer faltas enterrando un brazo de la cepa para que surja una nueva planta) que piensa utilizar para realizar selecciones masales.
En la actualidad cuenta con 13,5 hectáreas, de las que unas 10 están en producción y está edificando una bodega en el propio paraje dimensionada para 20 hectáreas y dotada de depósitos de cemento para vinificación y almacenaje.
Frente a la visión borgoñona de elaborar por parcelas, Cordonnier cree que un 5% de algo muy bueno cambia un vino y que las producciones reducidas debilitan una marca al no existir suficiente disponibilidad. De ahí que su idea sea hacer un único vino, El Sacramento, que con el tiempo pueda llegar a alcanzar las 60.000 botellas de producción. Con 2011 como primera añada, este rioja se cotiza ya a unos 40 €, aunque de momento quizás sea más fácil encontrarlo en Bélgica que en España. La tempranillo se acompaña con pequeños porcentajes de graciano que pueden oscilar entre un 3% y hasta un 10% en la complicada cosecha 2013 en la que no obstante se ha consguido una excelente textura. La añada 2014, de futura aparición en el mercado, es, probablemente, la más completa hasta la fecha, ya que debido a la filosofía de vendimiar relativamente temprano, se libró de las lluvias que complicaron notablemente la vendimia.