Pasión por el vino español

DIRECCIONES

Bajo un nombre que apela más a la vocación vinícola del establecimiento que al carácter de los propietarios, Malauva es uno de esos bares que cualquier aficionado al vino debería incluir en su listado de imprescindibles.

Abierto desde 2017 en el Casco Vello de Vigo, la empinada subida desde la avenida Beiramar se hace menos cuesta sabiendo la diversión que aguarda en este local de estética urbana dominado por un curioso mural con graffitis y posters de Miles Davies y en el que un esqueleto gafapasta bebe vino tinto.

A Malauva conviene llegar con ganas de divertirse y disfrutar. Jose Martínez (@Josinhotaberneiro en Instagram) ha confeccionado una amplia y heterogénea carta de vinos “marcada por las personas que los hacen y sus valores, principalmente viticultores sensibilizados con el medio ambiente y la sostenibilidad”, comenta.

Son principalmente gallegos y extranjeros, aunque también se encuentran productores diversos de otras zonas españolas como Puro Rofe, César Márquez, Comando G o López de Heredia. De casi todos tiene varias añadas y hasta alguna mini vertical, siempre a precios comedidos y acordes con la calidad de los vinos (cada una de las tres añadas de As Sortes ronda los 50 €). Muchos de ellos se sirven por copas y todos, sin excepción, a la temperatura correcta y en vajilla de calidad —la copa más básica es una Riedel, pero no escatiman en Zaltos y MarkThomas.

A pesar de poder consultar la carta, lo mejor es dejarse llevar por las recomendaciones de Josiño, que comenzó como sumiller de té antes de llegar a ser el mejor sumiller de Galicia en 2016 y acumular experiencia en restaurantes como Maruja Limón, Bagos, Mugaritz y Casa Solla. Él sabe mejor que nadie cómo acompañar la docena de bocados de calidad que prepara su pareja, Marina Pérez (ex Casa Solla y Casa Gerardo), y que cada día se anotan en la pizarra junto a la barra con los precios bien visibles (ninguno sube más de 15€). Van cambiando en función de la temporada pero hay un par de ellos fijos como la focaccia de sardina o el delicioso bocadillo de cacheira del que es difícil comer solo uno. Los postres, todos caseros, también son muy recomendables. Y.O.A.

Las restricciones impuestas en Galicia por la pandemia han obligado a Josiño y Marina a cerrar temporalmente Malauva. Nuestro ánimo y apoyo tanto a ellos como a todos los hosteleros que se esfuerzan por hacer felices a los aficionados al vino.