
Cuando el sumiller Jonatan Cantero encontró este amplio local en el centro de Cádiz, ya tenía muy claro cuál iba a ser el concepto: una tasca —que no wine bar— para todos los bolsillos y donde la gente pudiera probar y disfrutar del vino tanto en el local como para llevar.
Abierto desde finales de mayo de 2022, ha comenzado con unas 450 referencias, principalmente de Cádiz, aunque también hay vinos de otras zonas de España más algún champagne y dulces de Tokaj y Sauternes. Muchos de ellos se venden por copas, incluidos algunos espumosos y los 150 jereces de la carta. De momento ya trabajan con 38 distribuidores de España y si el negocio marcha bien, Jonatan y su socia Tere Gómez ampliarán la oferta con vinos del resto del mundo.
Listán Wine Tasca está dividido en tres espacios en su interior, además de una terraza al aire libre. Buena parte de la primera sala, que hace las veces de bar y tienda, está ocupada por la barra y su impresionante piedra ostionera. Elemento de construcción habitual en muchos edificios de Cádiz y hecho con sedimentos de conchas y restos marinos, se ha vaciado e impermeabilizado para convertirse en una enorme cubitera insertada en la barra. En este espacio de entrada, cuyas paredes están forradas con estanterías llenas de botellas, hay también un pequeño mostrador con quesos, salazones, ahumados, chacinas y conservas varias (imprescindibles las anchoas con mantequilla) que se venden para llevar o se preparan como tapas y raciones para acompañar los vinos de la carta. En breve, Jonatan prevé instalar también una máquina para que los clientes puedan degollar las botellas de espumoso ellos mismos con lo que la diversión está sin duda asegurada.
La sala central de Listán Wine Tasca es un espacio con mesas y sillas para los clientes, luz natural en el techo y paredes decoradas con sencillos e instructivos mapas de pagos del Marco de Jerez ideados por Juan Carlos Vidarte y Rocío Benito, divulgadores del jerez a través de su proyecto Albariza en Las Venas. Además de otra enorme estantería con botellas, Jonatan ha instalado al fondo una cava climatizada con pequeñas piedras ostioneras. En este caso se utilizan como espacio de descanso para “los mayores de edad”: jereces, riojas y Vega Sicilias elaborados entre 1961 y el año 2000, algunos de ellos de la colección personal de Jonatan, que vende para disfrutarlos en Listán Wine Tasca. Al fondo del local hay también un espacio privado para reuniones, presentaciones y catas.
Romántico y apasionado del vino, Jonatan vende camisetas con lemas tan curiosos como “Afrutadito no es Dulcesito” o “Ponme un Riojita de Cádiz” que él y su equipo visten. “Ambas frases explican cómo ha evolucionado esto de pedir vino en Cádiz”, dice Jonatan. “Hace años cuando la gente quería un tinto pedía un Valdepeñas, después fue un riojita, y ahora cuando quieren un tinto local te piden un riojita de Cádiz. Los que quieren un blanco con azúcar residual, piden un vino afrutadito”.
Precisamente la formación y las catas son dos elementos importantes en la oferta de Listán Wine Tasca. Además del espacio privado, la sala principal se transforma ocasionalmente en sala de catas. Algunas veces son a ciegas, pero ya han cedido el sitio a productores como Primitivo Collantes, los mayetos de Corta y Raspa o Antonio Barbadillo. De hecho, a Jonatan le gusta tanto la idea de que su local sirva de zona de debate sobre el vino que en breve instalará sofás para que los asistentes puedan entablar conversaciones cómodas con una copa de vino en la mano.
Abierto con horario continuo todos los días excepto el domingo por la tarde-noche, Listán Wine Tasca tiene todo para convertirse en una nueva sede en el sur para todos los amantes del vino. Y.O.A.