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Edificios históricos, pazos, castillos e iglesias medievales son algunos de los atractivos que ofrecen las bodegas a las parejas de novios. Fotos cortesía de las bodegas.

Experiencias

Bodas entre barricas

Yolanda Ortiz de Arri | Martes 20 de Enero del 2015

Quizás no sea como la boda de Angelina Jolie y Brad Pitt en su Château Miraval de Provenza, pero casarse en una bodega está al alcance de todo el mundo, sin necesidad de pagar 55 millones de dólares para comprar la finca ni dar el “Sí, quiero” a una estrella de Hollywood. 

En España son muchas las bodegas que ofertan sus instalaciones para enlaces matrimoniales. Para la mayoría son una línea de negocio adicional a la venta de vino y que complementa su oferta enoturística. 

Jerez

El buen tiempo y la abundancia de edificios históricos con encanto contribuye a que en Jerez la tradición de casarse en una bodega esté arraigada. María José es una de las fundadoras de Jerez de Bodas, una empresa que se dedica a organizar este tipo de celebraciones. Su principal radio de acción es el Marco de Jerez. “El 80% de las bodas que organizamos tienen lugar en bodegas o fincas rodeadas de viñedo. Las casas con las que colaboramos —Lustau, Sánchez Romate, González Byass— están ubicadas en edificios solemnes y elegantes, que gustan a la gente”, explica. Aunque para la mayoría de los novios el vino no sea lo más importante a la hora de decidir el lugar de la ceremonia, sí que les gusta la temática del vino, explica María José. “También se aprovecha el entorno para enseñar la bodega a los invitados mientras los novios están haciéndose las fotos”, indica.

Luis Pérez es una bodega de reciente implantación que cuenta con 17 hectáreas en las que elabora tintos tranquilos con tintilla de rota, tempranillo y varias variedades francesas, una excepción en una zona en la que predomina la uva palomino y los vinos generosos. Desde que se estableció en las afueras de Jerez alquila su finca —con casona, jardines, salones y unas vistas espectaculares del viñedo— para ceremonias civiles y banquetes de hasta 500 personas. A 3.225 € por un día no es barato, pero los novios y sus invitados disponen de las instalaciones en exclusividad durante toda la jornada.

Rioja

La tradición vinícola también es histórica en esta denominación; no así tanto las bodas en las instalaciones donde se elabora el vino. De las más de 800 bodegas registradas en la DOCa Rioja, sólo un puñado acoge este tipo de eventos, aunque es una línea de negocio al alza. 

Finca de los Arandinos comenzó como proyecto enoturístico en 2011 con bodega, hotel con encanto, restaurante y spa. “No es un espacio pensado para ofrecer grandes celebraciones así que las bodas han llegado después, normalmente cuando alguna pareja ha estado alojada un fin de semana y han disfrutado del lugar”, explica María Sáenz, responsable de comunicación. “La gente busca espacios pequeños y más personales, con más encanto que los grandes salones de bodas tradicionales”. En sus instalaciones de Entrena acogen celebraciones de hasta 90 personas para los que reservan al completo las 14 habitaciones del hotel y el restaurante. Ofrecen los servicios tradicionales de suite para los novios, decoración para la ocasión, música y copas junto con otros más actuales como el “photocall” y el “candy bar” con dulces para que los invitados tomen durante el baile. El vino, siempre el de la Finca. “El que se casa en una bodega entiende que le vayas a ofrecer todos tus vinos, pero por supuesto pueden elegir cualquiera de la gama para servir a sus invitados”, indica María. Recuerda una boda en la que los novios no brindaron con vino. “Ambos eran muy cerveceros. A su entrada en el restaurante, lo normal es que se les dé una copa de vino para brindar con los asistentes. En el caso de estos novios pidieron brindar con unas Mahou, y claro, no les pudimos negar el deseo.”

Otras bodegas de la zona en las que se celebran bodas: Eguren Ugarte, Viña Real, Bodegas Franco Españolas.

Ribera del Duero

Casarse en una iglesia del siglo XII rodeada de viñedos es la propuesta que ofrece la bodega Abadía Retuerta, que elabora vinos en Sardón de Duero. Tras una completa restauración en 2013, la abadía se ha reconvertido en un lujoso hotel de 5 estrellas que incluye el restaurante con una estrella Michelin Le Domaine, asesorado por el chef Andoni Luis Aduriz de Mugaritz (Gipuzkoa). 

El año pasado 15 parejas, tanto españolas como extranjeras, eligieron Abadía Retuerta para darse el “sí, quiero”. Se celebran bodas tanto religiosas —previa aprobación de la Vicaría de Valladolid— como civiles con la novedad de que los banquetes también se pueden instalar en la iglesia “siempre que la boda sea civil y la iglesia no se use con fines religiosos”, explica Estefanía Gimeno, del equipo de Abadía Retuerta. Un pack habitual de boda incluye el alquiler de las 21 habitaciones del hotel, cocktail de bienvenida y menú maridado por el sumiller con vinos de la bodega, aunque permiten que se incluyan otros diferentes previo pago de un suplemento. Barra libre de bebidas, photocall, recena y hasta servicio de mayordomo para los novios son otros servicios que suben el gasto medio por persona a 180€. “Para la bodega, más que un incremento en las ventas de nuestro vino, estos eventos suponen visibilidad de marca. El boca a boca tras un evento de lujo como una boda es muy positivo”, indica Estefanía.

Otras bodegas de la zona en las que se celebran bodas: Dehesa de los Canónigos, Cepa 21, Finca Torremilanos

Galicia

Un casal del siglo XVIII restaurado y rodeado de viñedos alberga la bodega, hotel y restaurante de Casal de Arman en Ribadavia (Ribeiro). Desde 2004 la familia González Vázquez elabora allí sus vinos pero a partir de 2010 abrieron una nueva línea de negocio para el restaurante con las bodas y otros eventos que ayudan a dar a conocer su marca. El negocio no les va mal, dice Jorge, uno de los copropietarios. “El año pasado tuvimos 20 y este año ya hemos cogido 25 reservas”. Son flexibles e intentan ajustarse a lo que pida la gente. “Cerramos el restaurante todo el día para dar exclusividad y para que disfruten del paraje en el que nos encontramos, en la zona alta del valle. No somos una fábrica”, matiza Jorge. 

Los servicios que ofertan son similares a los de otras bodegas —aperitivo, banquete, decoración, barra libre y música— a los que se suman la recena, mesa de postres y una mesa de tabaco al aire libre para los fumadores. Los vinos del menú son los de la bodega, pero si los novios quieren otros, no hay problema. Les cobra sólo las botellas que consuman y les carga un 10% sobre tarifa. También diseña etiquetas especiales para el evento si la pareja lo solicita. El coste medio por invitado en Casal de Armán oscila entre 100 y 125 euros, cifra que no desvela Pazo de Señorans porque los presupuestos están hechos “muy a medida” de los deseos de la pareja. 

En su imponente finca de Meis (Rías Baixas) cuentan con un pazo restaurado con una bodega antigua y rodeado de jardines para acoger bodas de hasta 300 invitados. También tienen capilla, pero sólo están autorizados a celebrar bodas civiles, que suman una veintena al año, explica Andrea Pardo, del equipo de eventos. Son principalmente españoles, pero también han tenido novios de Francia, Suiza y otros países europeos a los que les gusta celebrar el banquete con blancos y destilados de la casa a los que Pazo de Señorans personaliza las etiquetas. Para los tintos, espumosos y dulces ofrecen asesoramiento. “El vino es un factor importante; dependiendo de la zona a la que pertenezcan los novios, les apetece poner una denominación u otra,” explica Andrea. Aunque las visitas a la bodega en días de boda son complicadas, sí la han enseñado a algún invitado, comenta.

Otras bodegas de la zona en las que se celebran bodas: Martín Codax, Agro de Bazán, Condes de Albarei.

Cataluña

En la DO Pla de Bages, en el interior de la provincia de Barcelona, la bodega Oller del Mas cuenta con un reclamo importante para muchas parejas en busca de un lugar con encanto. Su castillo del siglo X con vistas a Montserrat es el fondo perfecto para las fotos de las 30 parejas que anualmente se casan en esta finca rodeada de 400 hectáreas de viñedo, bosque y cultivos. Cuenta también con una capilla para bodas civiles y el encanto de las naves de crianza y salas en las que se conservan tinas usadas antes de que la filoxera diezmara el viñedo de esta región.

La celebración de bodas y otros eventos ayuda a Oller del Mas a obtener más rendimiento de la finca, centrada ahora en la recuperación de variedades autóctonas cultivadas en ecológico. En la parte enoturística, siguen invirtiendo esfuerzos con la construcción de un hotel rural con seis habitaciones y siete bungalows integrados en el entorno. 

Otras bodegas de la zona en las que se celebran bodas: Heretat Mas Tinell, Abadal, Cava Jaume Giró i Giró, Celler Martí Faixó.

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