Bodega Can Matons | Spanish Wine Lover

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BODEGAS

Con la adquisición por parte de Raventós Codorníu de las bodegas que formaban parte del grupo Gleva Cellars y que incluía Parxet en Alella, la nueva propiedad ha relanzado los vinos tranquilos que se habían comercializado hasta ahora bajo la marca Marqués de Alella.

Todo es nuevo en esta etapa, desde el nombre de Can Matons que hace alusión a la masía del siglo XVIII que se alza entre algunas de sus viñas hasta el planteamiento borgoñón de la gama de vinos que arranca con un blanco regional, continúa con dos vinos de municipio y se cierra con dos parcelarios.

El proyecto intenta poner en valor las características distintivas de esta minúscula región vinícola de apenas 200 hectáreas situada unos pocos kilómetros al norte de Barcelona y que sobrevive como puede a la presión urbanística. Le definen sus suelos graníticos y de arenas descompuestas bastante puros (sauló) o con porcentajes variables de arcilla y pizarra en algunas zonas, y la personalidad de la variedad blanca pansa blanca. Considerada habitualmente una adaptación local de la xarel.lo, la morfología marcadamente diferente de algunas cepas de viñedos viejos ha llevado al grupo Codorníu a iniciar un proceso de estudio e identificación de ADN para ver si todo lo que se cultiva es efectivamente xarel.lo u otra variedad.

Can Matons controla 90 de las 200 hectáreas que integran la DO. El viñedo no mira al mar, sino que está situado en los valles interiores que se integran dentro de la comarca del Vallès Oriental, a mayor altitud y con oscilaciones térmicas más acusadas que los que miran al mar. En este escenario, las mejores parcelas suelen estar en zona de valle, donde el suelo es más profundo y en ocasiones cuenta con estratos inferiores de arcilla que retienen el agua, frente a los costers o laderas donde las cepas tienen muy poco vigor.

Las nuevas elaboraciones, todas ellas blancos de pansa blanca, se caracterizan por su marcada salinidad favorecida por los suelos y la cercanía del mar y potenciada por la elaboración, con fermentaciones muy lentas para que las lías actúen durante las mismas dando volumen y frescor, pero evitando el bâtonnage posterior que puede aportar sensaciones pesadas en boca. Las graduaciones son muy moderadas y no superan los 13% vol.

La gama arranca con Can Matons, un blanco ligero pero sápido que constituye la propuesta básica o regional (12 €, 3.000 botellas en la primera añada 2020, pero ya con 30.000 en la 2021) que se trabaja exclusivamente en acero inoxidable. Siguen los vinos de pueblo en el entorno de los 18 € (aunque no es una figura reconocida como tal en la DO) que combinan cemento y madera usada en la elaboración: Sant Fost de Campsentelles (3.000 botellas), con una parte de arcilla en los suelos y una boca algo más redonda, y una arena pura que da más salinidad y verticalidad en el caso de Santa María de Martorelles (1.500 botellas). Las producciones son más reducidas en los parcelarios, que se comercializan en el entorno de los 40 €: 1.200 botellas en el caso de La Vinya de Can Xec, con un perfil más exótico pero de final de boca austero, y solo 400 botellas de La Vinya del Music. Se elabora con la viña más vieja donde domina un clon con grano algo más gordo y piel más gruesa y quizás es el vino que da una sensación de acidez y salinidad más fresca. Son perfiles interesantes para ver la evolución en botella.

La dirección técnica corre a cargo de Xevi Carbonell. Can Matons forma parte de Vins de Llegat (vinos del legado), el nuevo paraguas de bodegas boutique creado por Codorníu y a cuyo frente está el director y enólogo de Celler Scala Dei Ricard Rofés.

Los vinos pueden adquirirse en la tienda online de Codorníu.

VINOS CATADOS DE ESTA BODEGA

Santa María de Martorelles 2019 Blanco