Alex Klip: “El último gran año clásico en Rioja fue el 68”
Mexicano asentado en Toronto (Canadá), Alex Klip desarrolló desde sus tiempos de universidad una pasión muy especial por los vinos viejos. Aunque la mayor parte de su carrera profesional ha estado centrada en el mundo financiero, en 2016 dio el salto al vino creando la importadora All The Right Grapes junto a Derek Kranenborg. Desde sus inicios, la empresa se distinguió por su buena selección de etiquetas españolas, con especial atención por Jerez.
El año pasado Klip se desvinculó del negocio de importación para dedicarse por completo al comercio de vinos viejos -o como él prefiere llamarlos, vinos antiguos. Esta fascinación le trae con frecuencia a España en su búsqueda de colecciones y botellas olvidadas. No todas sus adquisiciones viajan directamente a Canadá. A principios del año pasado reunió a un grupo de profesionales y aficionados para catar una rara selección de vinos viejos de Málaga de la histórica casa Larios de la escribimos en detalle en SWL.
En esta entrevista, Klip cuenta cómo desarrolló su pasión por los vinos viejos, su aprendizaje a lo largo de los años, la magia del afinamiento en botella, su devoción por Jerez y su convicción de que Rioja es la región más longeva del mundo para vinos secos.
¿Cómo llegas al mundo del vino y a Canadá?
Vengo de una casa donde nunca se bebió vino. Cuando tenía 16 años alguien le pagó a mi padre una deuda en vino. Aquella botella estuvo en la nevera durante semanas y semanas hasta que yo dije: “Si nadie la quiere, me la tomo yo”. Invité a mis amigos y nos tomamos un Echezeaux bien frío (risas).
Con 20 años fui a estudiar a la universidad a Canadá y allí conocí a un compañero de origen italiano que estaba muy metido en el mundo del vino. Era unos 10 años mayor que yo, y se convirtió en mi tutor y mi guía en este mundillo. Lo primero que me dijo fue que me comprara el Atlas del Vino de Hugh Johnson.
A mí siempre me han interesaron las cosas antiguas y hasta estudié un poco de arqueología en la universidad. Entonces, la oferta de vinos en Canadá era mucho mejor que en México. Recuerdo muy bien el día que compré una botella del Gran Reserva 904 de La Rioja Alta. Fue toda una revelación para mí.
¿Sabías lo que estabas comprando?
Sí, para entonces ya había leído suficiente como para saber que era un vino importante. Luego, aún en la universidad, en 1983, conseguí una botella de un oporto del 63 -cuando tienes 20 años, un vino de tu edad te parece tremendamente antiguo. Ahí me di cuenta de que el envejecimiento producía en los vinos algo que no fui capaz de articular en ese momento, pero que los hacía mejores.
Conocía bebedores de vino, pero muy pocos que bebieran vinos antiguos, y pensé que quizás con esta afición podría impresionar a la gente. No tenía un plan claro, pero empecé a conseguir botellas antiguas; no en Canadá, donde no hay mercado secundario, sino en Nueva York, a donde podía viajar con frecuencia, y de manera puntual en San Francisco.
El afinamiento en botella, y me gusta más utilizar la palabra afinamiento que envejecimiento. Hay magníficos vinos viejos, como fondillones o jereces que acaban de salir de la bota o la barrica, pero la botella da una dimensión diferente por los sabores terciarios: la ebanistería, el cuero, la hojarasca...
En 2013, después de haber bebido una buena cantidad de riojas viejos se me ocurrió organizar en Toronto una cata de la añada 64 para celebrar mi 50 cumpleaños. Así que empecé a buscar vinos en Estados Unidos y por Internet y eso me permitió contactar con personas en España que me dieron buenas pistas y con las que acabé entablando una buena amistad. Fue un gran punto de inflexión para mí.
Por entonces todavía trabajaba en el mundo de las finanzas, pero el vino se había convertido en un hobby muy serio. Después de la cata del 64, que fue un éxito, hice un viaje a España con unos amigos importadores. Visité Rioja por primera vez y estuve en algunas de sus bodegas más importantes. Probé grandes vinos, pero ninguno antiguo. Para entonces, yo ya tenía el foco en otro sitio.
¿Cómo te provees de estas botellas?
Lo que he aprendido a lo largo de los años es que estos vinos no se encuentran necesariamente con la gente del vino, sino en lugares recónditos: restaurantes que cierran, familias con colecciones que no interesan a la siguiente generación, o incluso en órdenes religiosas; hace poco visité en Madrid a unas monjas que habían heredado una colección de vinos antiguos.
¿Eres como un Indiana Jones de los vinos viejos?
Ojalá tuviera el físico de Indiana Jones (risas). Pero se ha convertido en algo menos que una obsesión, pero más que un hobby, y algo a lo que me dedico muy seriamente.
Para mí, son los mejores vinos para beber. Los economistas dirán que es una ineficiencia del mercado, pero considerando el añejamiento, la edad y la calidad, es mucho mejor comprar un vino antiguo que una añada reciente de una de las grandes casas de Priorat, Rioja o Ribera del Duero. Y por supuesto que te tienen que gustar; hay quien prefiere el perfil de un vino más joven.

¿Qué te aporta este mundo de los vinos añejos a nivel personal?
Me ha abierto muchas puertas y me ha puesto en contacto con todo tipo de gente: desde las propias monjas que conocí en uno de los últimos viajes a un exembajador español en una capital europea. En el mundo de las finanzas jamás habría podido conocer a personas tan interesantes. Creo, además, que no solo hay que buscar la mejor forma de disfrutar estos vinos junto a la gente que los aprecia, sino utilizarlos como herramienta educativa.
¿En tu experiencia, qué vinos envejecen mejor?
Dejando de lado los generosos, fuera de España se valoran más los tintos. Si pensamos en regiones clásicas de Europa, se habla mucho de Piamonte y he tenido la oportunidad de beber y comprar muchos barolos y barbarescos, pero en mi opinión hay solo tres o cuatro bodegas que pueden hacer vinos con verdadera capacidad de guarda. Aunque debo admitir un sesgo personal, son vinos que generalmente están en un buen momento con 25-30 años, pero muy pocos llegan a 75-80 años. No creo que Burdeos y Borgoña salvo contadísimas excepciones tengan esa capacidad de guarda. Mi otro amor son los vinos del Ródano norte -la syrah me parece una uva sensacional, pero la guarda también se limita a unos pocos productores.
Hay algo muy particular en el proceso de elaboración de los vinos riojanos, tanto para blancos, tintos, rosados o dulces, que permite una guarda increíble. Me gustaría saber si los capataces de bodega de la década de los 50 pensaban que sus vinos iban a durar 50, 60, 70 años. Creo que era gente muy capaz que entendía que iban a tener una longevidad increíble. Por eso, no solo permanecían mucho tiempo en madera, sino también en botellero antes de salir al mercado. Esta afinación ha hecho maravillas en los vinos.
Luego están los grandes vinos dulces con ejemplos como Sauternes o el Loira, pero creo que en España hay vinos tranquilos secos que se desarrollan de forma única.
¿Cómo se valora y se negocia la compra de una colección?
Lo primero es que hay que tener la flexibilidad de viajar largas distancias tanto si alguien ofrece tres botellas como la bodega entera, porque estamos hablando de algo inusual y de lo que cada vez hay menos.
Cuando trato con gente que no es del mundo del vino, lo primero que les digo es lo que estoy buscando y por qué, y luego les enseño a valorar el estado de la botella. Vemos el nivel del vino y el color a contraluz con una lámpara, si hay posos y qué tipo de posos. No me interesa llevarme la botella a un precio que no es el adecuado, ni quiero pagar de más; me interesa quedar bien porque esto luego me ha abierto otras puertas.
A la gente que tiene más conocimiento y compara con precios de restaurantes y tiendas, les digo que compro como si fuera un distribuidor y que puedo llevarme más cantidad e incluso botellas que no están en buen estado para llegar a un acuerdo de conjunto.

¿Qué pasa con las botellas que salen mal? ¿Los amantes de los vinos viejos tienen una mayor tolerancia a la oxidación?
Yo no lo llamaría tolerancia, porque si el vino está mal, está mal, pero sí tenemos cierta paciencia y la nobleza de reconocer que hay botellas que no van a salir bien; es la realidad.
¿Cuáles son los problemas más habituales? ¿Se estropean muchos vinos por culpa del corcho?
No es tanto el corcho o el brett. El gran enemigo de la guarda son las altas temperaturas que están detrás de muchas de las mermas y de las sensaciones maderizadas. Un ejemplo es la colección heredada por las monjas. Tenían referencias magníficas pero la mayoría estaba en mal estado. Incluso si el nivel y el color están bien, la botella puede salir mal. Hay que tener mucho cuidado con los axiomas. Un vino blanco puede verse de color marrón y estar bueno.
Me sorprende la gran labor de la mayor parte de los corchos antiguos, mucho más eficaces que los actuales; también es cierto que entonces no había tapones sintéticos. A lo largo de los años, el corcho puede chupar una gran cantidad el vino, así que a veces no hay una merma, simplemente que todo ese vino está dentro del corcho.
Yo compro botellas en las que el color no está bien del todo y tengo un porcentaje de éxito del 50%, pero considerando la escasez, estoy dispuesto a correr el riesgo.
¿Qué dirías a todas esas personas que tienen un par de botellas viejas en casa y piensan que valen una fortuna?
Creo que quienes nos dedicamos a esto no solemos hacer este tipo de compra. Si se busca en Internet, los precios de subasta suelen ser mucho más bajos que en una tienda o en la distribución, pero no tienes información del origen de los vinos y en qué condiciones están. También entiendo que una tienda cobre todo lo que pueda por una botella que puede tardar bastante tiempo en vender y que no deja de ser un capital encerrado.
Los vinos españoles, por otro lado, no tienen una gran trayectoria en el mercado secundario.
Mi experiencia en Norteamérica es que la gente que tiene dinero para gastar en vino va a buscar siempre nombres reconocidos. En este momento para España no hay mucho mercado fuera de Vega Sicilia y quizás Murrieta, Tondonia y La Rioja Alta.
¿Qué es un vino antiguo para Alex Klip?
Depende de la región, pero en Rioja diría que un vino desde principios de los 70 hacia atrás. El modus operandi cambió totalmente cuando se pasó de una industria familiar o de un pequeño grupo de socios a una dinámica empresarial. Esas largas guardas en madera con trasiegas y posterior crianza en botellero ya solo las practican unas pocas bodegas. El último gran año riojano clásico fue el 68. Muchas bodegas empiezan a venderse después de esa fecha y grandes marcas clásicas del pasado son hoy vinos de supermercado.
Hoy hay grandísimos vinos riojanos hechos de una forma diferente. Me parece muy válido enfocarse en el pueblo o el terruño, pero se ha perdido ese estilo riojano diferenciable que era tan especial.

¿Y si hablamos de Jerez?
Esto es más complicado. Si uno consigue una saca reciente de reliquias o de toneles, ese vino es muy antiguo, pero no tiene la textura del añejamiento en botella que, especialmente en finos y manzanillas, tienden a un estilo más oscuro, como hacia un amontillado, que me resulta espectacular. La evolución de los amontillados, olorosos y palos cortados es más sutil, pero los vinos ganan una profundidad increíble.
Para mí lo importante es cuánto tiempo lleva el vino en botella. En Nueva York conseguí una partida de Tío Pepe hecha para el mercado italiano (figuraba un importador de Turín en la etiqueta) y rectificadas al 17% frente al 15% habitual. Venían en las cajas originales con los anuncios de la época y me di cuenta de que eran botellas de los 60, así que era un fino con 40 o 50 años y eso marca una gran diferencia. Lo comparé con un Tío Pepe actual y otro en Rama y se los llevó por delante.
¿Es cada vez más difícil encontrar vinos viejos en España?
Sí, porque se acaban y porque hay más gente buscando, pero eso es parte del atractivo. Y los precios van a subir. He comprado la misma referencia en dos fuentes y en una me ha costado un 150% más, pero quería las dos botellas y el promedio me ha salido bien.
No querría que la gente pensara que los vinos se han vuelto muy caros y que hay que encontrarlos antes de que suban más de precio. Son vinos para beber hoy, para compartirlos y, como decía antes, para hacer una labor no oficial de formación.
¿Envejecerán los buenos vinos actuales como los del pasado?
Yo me pregunto si se podrán hacer vinos de guarda muy larga con tanto alcohol. Con el paso del tiempo, todos los elementos se van atenuando, pero ese 15,5% vol. está ahí para siempre; no va a precipitar como un tanino o un pigmento que hace que el vino se vuelva más amable y suave.
¿Qué vinos, o más bien qué botellas, te han maravillado de una manera especial?
Tuve el placer de beber un Excelso de Franco-Españolas del 52 de fuera de este mundo con la señora Mijares [la enóloga María Isabel Mijares] antes de que falleciera. Si tuviera que elegir las dos mejores botellas que he tomado serían Berberana Reserva Especial, también del 52, una casa que hoy en día ya no tiene renombre, pero para mí fue la apoteosis de lo que es un gran rioja; y una buena cantidad de Conde de los Andes del 64 y 68.
También he tenido la oportunidad de beber Riscales de los años 20 con un alto porcentaje de cabernet, que es quizás lo que más se asemeja a lo que algún gran burdeos fue en esa época.
Las grandes sorpresas son los segundos vinos que con los años llegan a envejecer mejor que sus hermanos mayores, como Rioja Bordón del 70, que es una maravilla, o Campo Viejo Reserva del 64, que es un vinazo. O bodegas que no quiero llamar secundarias, pero quizás de menor alcance. Merece la pena buscar el Turzaballa de Ramón Bilbao y todo lo que hacía Bilbaínas, una bodega que tenía cuatro o cinco grandes reservas cada año y que ahora que hablamos tanto de terruño ya lo estaban trabajando entonces. También he tomado Monte Reales y Albinas muy buenos [de Bodegas Riojanas]. Y los blancos de Montecillo de la familia Navajas de los años 30 en botella rin que supongo que se harían con viura y otras variedades.

¿Cuál es el vino más viejo que has probado?
Un 1918 de Franco Españolas. También he probado Castillo Ygay del 25, aunque llegado a ese punto no hay grandes vinos, sino grandes botellas.
¿Qué otros riojas destacarías?
En Cvne soy más de Imperial que de Viña Real. He tomado Imperiales de los 50 muy buenos. A La Rioja Alta los pongo a la par o por delante; el Gran Reserva 890 del 68 fue una gran revelación para mí.
Con el afinamiento en botella, se van atenuando las diferencias entre una gran casa y una gran botella, y una casa que trabaja muy bien. Hay una cierta magia en el momento en que aparecen los elementos terciarios. Vinos que cuestan menos me han dado tanto placer como los de las grandes casas.
¿Qué recomendarías a alguien que quiera empezar a probar vinos viejos? ¿Va a tener que pelearse con su propio paladar?
Yo creo que los vinos viejos son muy amables. El añejamiento suaviza los vinos, los equilibra y hace que se desarrollen aromas terciarios, pero en todo caso son más suaves. No es el vino de quien busque sensaciones contundentes.
Mi consejo sería: si encuentras una botella antigua, revisa que el nivel esté más o menos bien, que el color no se vea muy oscuro, que no esté turbia, cómprala y pruébala.
Amaya Cervera
Periodista especializada en vino con más de 25 años de experiencia. Fundadora de Spanish Wine Lover y Premio Nacional de Gastronomía a la Comunicación Gastronómica 2023
“No tiene sentido decir que una viña es vieja solo por cumplir 35 años”
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