BWW 2025, crónica de una feria que crece en todas direcciones
Con cifras récord de superficie, expositores, visitantes y compradores internacionales (ver cuadro más abajo), la última edición de Barcelona Wine Week (BWW) celebrada del 3 al 5 de este mes se consolida como la gran feria del vino español. El objetivo ahora, según su presidente Xavier Pagès, es que sea “la feria de valor del vino español”.
De momento, mantiene su punto fuerte: ofrecer una gran diversidad, gracias a su capacidad para dar visibilidad a actores muy diferentes, desde los grandes grupos de bodegas a pequeños productores que elaboran unos pocos miles de botellas.
La principal novedad este año fue la incorporación de un nuevo pabellón, situado al otro lado de la avenida principal del recinto ferial de Montjuïc. La organización se aseguró el flujo de visitantes desde el pabellón 8, donde se ubicaba la feria en citas anteriores, trasladando al nuevo espacio a Rioja, las denominaciones de Castilla y León con Rueda y Ribera del Duero a la cabeza, así como dos de las salas de cata con mayor afluencia: Speaker’s Corner y Tasting Area.

De cara al futuro, la directora de BWW, Céline Pérez, ve potencial de crecimiento sin perder el espíritu de una feria 100% española. “Quizás se podría pensar en un país invitado, pero el hecho de jugar en casa debe verse como una oportunidad para que las bodegas no tengan que buscar ese aporte de valor en otras ferias”, señaló en el transcurso de un desayuno de prensa.
Para María Naranjo, directora de Industria Agroalimentaria del ICEX, BWW es fruto de una confluencia de afortunadas circunstancias: “Es la primera feria del calendario, no compite contra nadie, apuesta por un concepto moderno que están intentando imitar otras citas del vino, tiene la duración adecuada y ha encontrado el equilibrio entre grandes marcas y pequeños productores”.

Naranjo, de hecho, se mostró orgullosa de que por fin se hubiera conseguido “seducir a las marcas” y anunció que, de cara a la próxima edición, se ampliará el presupuesto destinado a invitar a compradores internacionales. “Que quieran venir es la mejor prueba del éxito de la feria”, apuntó.
Según la organización, entre los elementos más valorados por los compradores llegados de 69 países, figuran las denominaciones de origen menos conocidas y más pequeñas, la posibilidad de descubrir nuevas variedades de uva, los productores enfocados en la sostenibilidad y las historias de compromiso personal.
Un poderoso imán
La feria también se consolida como punto de encuentro para el sector. Fue el escenario elegido para el concurso Mejor Sumiller de Cataluña, que coronó al belga Cyril Vermeulen de El Celler de Can Roca. También acogió la primera edición de los premios Star Wine List España, que otorgaron el Grand Prix a la Mejor Carta de Vinos al restaurante Ambivium de Pago de Carraovejas en Peñafiel, y los nuevos galardones Isabel Mijares impulsados por Mujeres del Vino, que premiaron a nuestra editora Amaya Cervera, como mejor comunicadora. Asimismo, se reconoció el trabajo de otras grandes profesionales del sector: Almudena Alberca MW (personalidad del año), Ana Carazo (mejor enóloga), Audrey Dorée (mejor sumiller), Linda Díez-Morales (mejor brand ambassador-comercial; por fin un premio que reconoce esta área vital del vino), Beatriz Ochoa (directora de bodega), Verónica Ortega (viticultora), Cristina Yagüe y María Falcón de Anónimas Viticultora (nuevo proyecto) y Begoña Rodríguez (chef wine lover, excelente categoría para crear puentes).

Con un programa de actividades con decenas de ponencias, catas, charlas y encuentros, y más de un millar de bodegas ofreciendo sus vinos, el gran dilema de toda feria es qué elegir. Más aún, considerando los eventos que se desarrollan de forma paralela en distintos puntos de la ciudad.
A citas consolidadas como la cata de vinos base de Corpinnat el domingo previo a la feria, los salones alternativos Off the Record y Liquid Vins el martes, y la cata de Mujeres del Vino el miércoles por la tarde, se sumaron celebraciones como el decimoquinto aniversario de Decántalo en sus nuevas instalaciones de Rubí, o el quinto aniversario del colectivo Futuro Viñador.
Sobre la cata de Corpinnat, a la que asistimos por primera vez, hemos escrito un artículo específico. La crónica de nuestro periplo por la feria, una pequeñísima parte de todas las opciones posibles, y por algunos de esos eventos paralelos puede leerse a continuación. En un segundo artículo publicaremos una selección de 10 vinos que nos llamaron la atención por las poderosas historias que tienen detrás.
Viñas viejas, 100 años de Rioja, Penedès y burbujas
En cierto modo, BWW marca la agenda de los grandes temas de 2025 para el vino español. Más allá del programa oficial, que este año tuvo como tema central las viñas viejas, cabe destacar dos efemérides de peso: el centenario de la DOCa. Rioja, que llevo al Consejo a realizar un gran despliegue para reforzar su presencia en la feria, y ver a Penedès convertida en la primera DO ecológica del mundo en la próxima cosecha 2025.
No hubo ninguna ponencia específica sobre este último punto, pero sí una presentación del vivero creado en unas instalaciones municipales de Vilafranca del Penedès, en la que el presidente de la DO, Joan Huguet, recordó “el círculo de la pobreza de las uvas mal pagadas”. La mayor parte de los siete primeros proyectos que concurren en esta iniciativa están liderados por hijos de viticultores que buscan aumentar la rentabilidad de sus explotaciones. Arrancan con producciones de entre 1.000 y 3.000 botellas, estilos diferentes, pero en general con un patrón de vinos frescos. El objetivo es que aprendan el oficio y que, en tres o cuatro años, puedan independizarse y continuar con sus propios medios.

El movimiento de los pequeños productores parece tener una fuerza especial en Cataluña, como demostró la presentación del Gremi de Vinyataires Lluires, una agrupación que nació como respuesta a las multas recibidas por dos productores por supuestas irregularidades en el etiquetado de sus vinos. En la actualidad el Gremi son 68 vinyataires de toda la comunidad autónoma –incluidos productores de peso como Raventós i Blanc, Bàrbara Forés o Mas Martinet– que trabajan dentro y fuera de diferentes DOs. Reivindican, entre otros aspectos, el derecho a etiquetar sus vinos con los topónimos de los pueblos, la añada y las variedades, la necesidad de mejorar la trazabilidad y reducir la burocracia que como dice Rubén Parera, uno de sus integrantes, “llega a estar duplicada en muchos casos”. El documental La Contraetiqueta de la periodista Clara Isamat cuenta bien la lucha de este grupo que, de momento, ha conseguido que la administración autonómica se siente con ellos. “Parece que hay intención y ganas de solucionarlo”, asegura Parera. “Tanto ellos como las DO entienden que la ley tiene que evolucionar porque hay cosas que no son lógicas, como tener que esconder el nombre de tu pueblo bajo un código postal”.
Rioja se aseguró de tener el stand más grande de la feria para que el centenario de la DOCa. no pasase desapercibido: 100m2 con un escenario donde realizar presentaciones y ofrecer 120 referencias de la región. Su evento estrella fue la cata “El patrimonio enterrado de Rioja”, con una selección muy ecléctica a cargo del Master of Wine Pedro Ballesteros, quien defendió el valor de la viña vieja como parte de un ecosistema que aporta información sobre el terruño. La cata incluyó dos blancos (Amaren Malvasía y Cerro La Isa); el tinto de pueblo de Villabuena Bideona VABN4 al que calificó de “posmoderno”; dos garnachas de Rioja Oriental: la biodinámica La Marciana, que necesitó una larga oxigenación en copa, y la más voluptuosa y expresiva Queirón El Arca; un vino de cooperativa (El Rincón de los Galos de Bodegas Sonsierra); un tinto de zona fría con influencia de los Montes Obarenes (Pretium de Berta Valgañón); una añada vieja (Barón de Chirel 1996); y el parcelario La Loma de Miguel Merino, arquetipo del tinto moderno con excelente manejo de textura.

De su ponencia, bastante crítica, y de otra liderada por Fernando Mora MW se deduce que la consideración de la OIV, adaptada con anterioridad por muchas regiones vinícolas, de que una viña vieja es aquella que tiene más de 35 años, resulta insuficiente para muchos actores del sector.
Aunque la feria no ofrezca el formato más adecuado para generar un debate serio sobre el patrimonio de viña vieja en España, sí dio la oportunidad de probar un gran número de vinos que cumplen este requisito. Además de las catas dirigidas, el espacio Wine Tasting Journey puso a disposición de los visitantes 80 referencias procedentes de una gran variedad de regiones españolas.

También asistimos a la cata organizada por la DO Cava e impartida por los críticos de la Guía Peñín, Carlos González y Javier Luengo, sobre la evolución postdegüelle. Catamos muy buenos espumosos de Mestres, Chozas Carrascal, Juvé y Camps, Parés Baltà y Alta Alella, con añadas que iban de 2008 a 2018. En todos los casos se comparaba un degüelle reciente con otro anterior. Hubo diferencias interesantes, pero teniendo en cuenta que el lapso más largo fue de año y medio, quedó pendiente ver evoluciones más largas a tres, cuatro o cinco años vista que deberían funcionar bien en cavas de largas crianzas.
La sequía, una de las grandes amenazas
Este año, SWL moderó, a través de su editora Amaya Cervera, una mesa redonda sobre el aprovechamiento del agua y los retos del sector ante la amenaza de la sequía con los ponentes Delfí Sanahuja (Perelada), Diego Pinilla (Raventós Codorníu), Enric Bartra (Incavi), Ángel Anocíbar (Abadía retuerta) y Carlos Moro (Bodegas Familiares Matarromera). Todos coincidieron en la gravedad del panorama actual y en la necesidad de actuar con urgencia a todos los niveles: con investigación, formación, tecnología y una medición constante, tanto de las aptitudes del suelo para retener agua, como de la capacidad de la planta para generar el fruto adecuado en cada año climático. En el futuro, coincidieron, habrá que manejar todas las variables posibles en nuevas plantaciones: características del terreno, disponibilidad de agua, modelo de plantación, portainjertos, variedad… También hubo un recordatorio de que el aprovechamiento del agua se extiende a los usos en bodega. Y se dio un dato revelador: para elaborar un litro de vino, hacen falta al menos tres litros de agua.

La sequía ha tenido una gran incidencia en Cataluña y de manera muy especial en Penedès. Tras asumir la dirección técnica de Juvé & Camps hace un año, Pepe Hidalgo Camacho, está apostando por caracterizar parcelas de forma individualizada, vendimiando en función del málico, suprimiendo las malolácticas en los cavas y reestructurando el viñedo. La chardonnay, contaba, tendrá cada vez menos peso, se va a plantar más garnacha tinta y se introducirá la sumoll el año que viene. Espumosos como La Siberia, apoyados en pinot noir, son cada vez más difíciles de elaborar y ello pese a que, según Hidalgo, esta variedad es la que más salinidad aporta junto a la xarel.lo. A la excelente y refinada cosecha 2015, seguirán 2016 y 2018, pero no se han elaborado más añadas desde entonces.

Futuro Viñador
La novedad de 2025, que despertó mucha curiosidad, fue el salón organizado por Futuro Viñador. La asociación, que defiende “una visión humanista del vino desde la óptica de una viticultura familiar a escala humana”, celebró su quinto aniversario con una cata en el espacio Metrònom del barrio del Born. Fue una buena oportunidad para pasar revista a los socios actuales. De los fundadores, ya no están Guímaro, Lupier, Ponce y Suertes del Marqués, y se han incorporado Luis Pérez (Jerez), Doniene Gorrondona (Bizkaiko Txakolina), Miguel Merino (Rioja), Soca-Rel (Mallorca) y Anna Espelt (Cap de Creus). La propuesta, una cata de “añadas destacadas”, fue bien interesante para los asistentes porque dio la oportunidad de probar cosechas que ya no están en mercado.
Como ejemplo, algunos productores apostaron por un año de “mala fama” como 2013 que permitió comparar un Peñas Aladas de Dominio del Águila (Ribera del Duero), firme y austero, con un Algueira Merenzao (Ribeira Sacra), delicado, mineral y de buena acidez, y un 4 Kilos (Mallorca), de textura suave que mantenía muy bien la tensión. Profundo y eterno La Barajuela de esa añada y gran evolución del Remelluri blanco (meloso, hidrocarburo, gran textura) en la que sí fue una gran vendimia para blancos en Rioja.

Otros blancos interesantes fueron el Lore de Ostatu 2015 (Rioja), fresco y consistente o, de la misma región, el Miguel Merino del 2018, con notas de hidrocarburo en nariz, o el txakoli Doniene 2018 con notas melosas y un excelente equilibrio entre fruta y acidez. También se pudo comprobar la lenta evolución de As Caborcas 2014 (Valdeorras), probar la cosecha 2019 de La Condenada de Artuke (con volumen de fruta y final tizoso del calcáreo).
Off the Record y Liquid Vins
Para muchos, el segundo día de la feria toca planificar muy bien o decantarse por una de las tres ubicaciones esenciales de la jornada: la feria y los salones paralelos Off the Record y Liquid Vins. En el caso de SWL, optamos por organizarnos y abarcar los tres escenarios.
En Off the Record, el salón alternativo más veterano organizado por el productor Fredi Torres, probamos los vinos que los argentinos Adrianna Catena y Alejandro Vigil, socios en El Enemigo, están elaborando desde la añada 2022 en Gredos bajo la marca El Reventón. Además de La Reina, una viña de 7ha en San Juan de la Nava, cuentan con otras dos que eran propiedad de la familia Landi: El Reventón y San Gregorio. La vinificación incluye raspón, maceraciones largas pero poco extractivas y crianza en roble usado e inox. “Gredos tiene un potencial extraordinario”, nos decía Adrianna. “De momento estamos aprendiendo pero nos emociona crear algo allí”. También se estrenaron en el salón Muchada-Léclapart, que trajeron un Lumière 2021 vibrante y en plena forma, Etérea Kripan, el proyecto de Melanie Hickman en Rioja Alavesa, o Pandemonium, la nueva línea de espumosos que el grupo Vintae está creando desde cero, entre 700 y 900 metros de altitud, fuera de la DOCa Rioja. “Tenemos la misma integral térmica que en Epernay, orientación norte y clima frío,” explicaba Pedro Balda, director de I+D, que alaba el potencial de desarrollo frente al cambio climático de esta ladera norte de la sierra de la Demanda. “No descartamos intentar crear una nueva DO aquí”.

Constatamos el buen hacer y la clase impecable de Fulcro (Rías Baixas), Mixtura (sin DO), Carlos Sánchez (Rioja) o Artazu (Navarra), entre otros, pero también descubrimos algún vino nuevo de productores veteranos como los siempre inquietos Zorzal, que trajeron dos novedades. En colaboración con Fredi Torres han lanzado Tifero, una nueva garnacha de pueblo proveniente de un viñedo plantado en 1979. Además, están inmersos en un bonito proyecto para elaborar garnachas de zonas donde la variedad se ha cultivado históricamente en Navarra: la idea es comprar uva en distintos pueblos –Eslava, San Martín de Unx, alguno de Tierra Estella– que se sumarán a Golerga, el vino que ya hacen en Lerga, una zona fresca y lluviosa de la Baja Montaña. El vino de Eslava, presentado como primicia en Off the Record, se llama 072,5 –la distancia en el cuentakilómetros del coche desde la bodega de Zorzal hasta la finca– y se hace con uvas de la cooperativa seleccionadas de dos parcelas de 70 años. Delicado pero persistente, se han llenado 1.000 botellas que se venderán a 30 €.

El salón Liquid este año se trasladó a la amplia y agradable sala Metrònom, en el Born, donde todos los asistentes pudimos charlar con los productores y catar tranquilamente y sin agobios gracias a la buena organización de los anfitriones, Marc Letcha y Marta Puparelli. La pareja, además, se turnaba para estar en la mesa con La Vía Líquida, la marca de vinos artesanos que elaboran en el Montseny, como el fluido y fresco Mecanic, de una viña plantada en 1945. Justo al lado estaban los aragoneses Jorge Temprado y Juan Vicente Alcañiz Rubus, ambos del equipo técnico de Bodegas San Alejandro en Calatayud, pero aquí con sus proyectos individuales. Saúl Gil Berzal, que abandonó la DOCa Rioja en Navidades, trajo toda su gama de parcelarios más su vino de pueblo. Aunque podría mantener la tirilla del Consejo en las añadas anteriores a su salida, ha preferido renovar todas sus etiquetas. Como el nombre oficial de la bodega es Gil Berzal de Laguardia S.C., Saúl ha conseguido que la palabra Laguardia, donde tiene las viñas y la bodega, siga apareciendo en la etiqueta.

Entre productores consolidados como Cerrón, que agotó el vino a media tarde, 4 Kilos, con su última novedad, Llampuga Vinícola, un coupage de malvasía y premsal, o Dominique Roujou y su proyecto de tintos Teimosía en O Rosal, estaban otros productores enfocados en la exploración del terruño. Jóvenes como Álvaro Loza y sus energéticos y profundos tintos o Cantalapiedra, que ha dejado de vender uva para producir todo en casa y alargar el tiempo de crianza de sus verdejos en madera hasta 24 o 30 meses buscando más complejidad. También conocimos a Clandelvino, una pareja de treintañeros de Cuéllar (Segovia) que está recuperando viñedos de pirulés, una variedad también conocida como jaén, que llevan a la botella en La Reina del Mambo. Además, también trabajan con tempranillo, verdejo y garnacha, siempre en elaboraciones naturales.

Suspenso en la presencia de mujeres
Aunque ya en otras ediciones se ha echado en falta la presencia de más mujeres en el programa de ponencias y catas, este año ha sido llamativo lo poco equilibradas que estaban muchas de las mesas. Que se dé a la mujer un papel predominante como moderadora y se planifiquen varias sesiones centradas específicamente en mujeres productoras, frente a un buen número de paneles en los que todos los ponentes eran hombres, no es precisamente la mejor manera de visibilizar a las profesionales del vino. ¿Para cuándo una política equitativa en la elección de ponentes que refleje la capilaridad de la presencia de la mujer en el mundo del vino?
Y un elemento de autocrítica. ¿Es adecuado que en los premios Isabel Mijares organizados por Mujeres del Vino, las ganadoras y finalistas reciban un pack de cremas y un tratamiento lipo reductor? Quedan muchos estereotipos que combatir.
Amaya Cervera
Periodista especializada en vino con más de 25 años de experiencia. Fundadora de Spanish Wine Lover y Premio Nacional de Gastronomía a la Comunicación Gastronómica 2023
Yolanda Ortiz de Arri
Periodista con más de 25 años de experiencia en medios nacionales e internacionales. WSET3, formadora y traductora especializada en vino
¿Sabrías decir si un vino es de viña vieja al catarlo?
NEWSLETTER
Únete a nuestro grupo de Spanish wine lovers
