Bodega Arizcuren | Spanish Wine Lover

Pasión por el vino español

BODEGAS

Arquitecto enamorado del vino, Javier Arizcuren se las ha arreglado para compaginar su profesión con la creación de un proyecto vinícola, pequeño en tamaño, pero que está contribuyendo de manera significativa a dar a conocer el gran potencial cualitativo de Rioja Oriental.

Su actividad está centrada en Quel, su lugar de origen y municipio de larga tradición vinícola situado en el valle del Cidacos. En 2011 se hizo cargo de la explotación familiar, consistente entonces en 16 hectáreas de viña, donde empezó a calibrar su potencial y el carácter diferencial de este pueblo cuyos viñedos ascienden hacia las laderas del monte Yerga. Bajo el sello de Arizcuren embotella únicamente las uvas que considera más adecuadas y que proceden de viñas de entre 30 y 120 años, en su mayor parte viñedos tradicionales plantados en vaso y cultivados en ecológico.

Aunque tiene previsto restaurar el calado familiar del antiguo barrio de bodegas de Quel, los vinos los elabora desde la cosecha 2016 en pleno centro de Logroño, en una pequeña bodega urbana contigua a su estudio de arquitectura. Sus 140 metros cuadrados están medidos al detalle; gran parte de su maquinaria de bodega (despalilladora, etiquetadora...) es de tamaño mini y a menudo apilable; y hasta hay espacio para un pequeño wine bar donde recibir a las visitas. No solo emula las bodegas urbanas que se han puesto de moda en ciudades como Londres, Sydney o Nueva York, sino a las más de 50 que había en la ciudad de Logroño en 1680. Edificios provistos de sótanos para la elaboración que luego utilizaban el zaguán de la vivienda como despacho de venta y taberna.

La gama de vinos de Arizcuren arrancó con dos tintos monovarietales de producciones reducidas: una garnacha (Sologarnacha, 31 €) y un mazuelo (Solomazuelo, 27 €) de gran originalidad en su momento por sus intensas notas silvestres y carácter vibrante. Posteriormente añadió sus respectivas versiones con crianza en ánfora de barro, más directas y afiladas, y con precios algo superiores, entre los 34 y 38 €. Hoy elabora también por separado un expresivo graciano (Solograciano, 35 €) envejecido en barricas de roble de 500 litros que se beneficia de las excelentes condiciones de maduración que ofrece Rioja Oriental para esta variedad, y una maturana (Solomaturana, 36 €) en ánfora. En general las elaboraciones en tinaja resultan más directas y realzan más la fruta y la frescura de las viñas de montaña.

La gama actual arranca con Monte Gatún (unos 19 € en España, a punto de superar las 10.000 botellas). Este vino es su particular solución para hacer algo interesante con la tempranillo (14 de sus 20 hectáreas están plantadas con ella), una variedad de ciclo corto que funciona perfectamente en Rioja Alta y Alavesa pero suele sufrir en el clima más cálido de Rioja Oriental. Utiliza en torno a un 70% de tempranillo vendimiado pronto y poco macerado que mezcla con mazuelo (20%) y garnacha (10%), de forma que la primera variedad se convierte en el lienzo sobre el que interactúan las otras dos creando un conjunto sabroso y especiado. Desde la cosecha 2022 también se elaboran versiones blanca y rosada de Monte Gatún con viura y garnacha respectivamente. El rosado se trabaja con lías en depósito de acero inoxidable y el blanco, que pasa un año en barrica grande de roble francés, procede de cepas viejas cultivadas a 600 metros de altitud.

Por arriba la gama ha crecido con vinos parcelarios, elaborados a partir de viñedos viejos de garnacha que puede tener otras variedades intercaladas y en cantidades muy limitadas. Con categoría de Viñedo Singular, El Barranco del Prado (62 €) procede de un viñedo prefiloxérico ubicado a 750 metros de altitud en el que hay algunas variedades minoritarias como calagraño o tinto velasco. Es un tinto exuberante, intenso sin ser potente, con mucho carácter de monte y taninos casi aéreos. Con un perfil más rotundo y mediterráneo, El Foro (2.200 botellas, 54 €) procede de una parcela a 600 metros de altura con un 60% de garnacha, 35% de mazuelo y el resto de viura y otras variedades; se elabora desde 2019 y será Viñedo Singular en la cosecha 2023.

Lo último es una línea de vinos experimentales en los que da rienda suelta a la creatividad, Apuntes de Arizcuren, que se ha estrenado con un blanco de viura criado en barrica de acacia. La producción total es de unas 30.000 botellas y el objetivo está en alcanzar las 50.000.

Como arquitecto, Arizcuren está detrás de proyectos vinícolas importantes como Bodegas Regalía de Ollauri, Finca Los Arandinos en Entrena o la recuperación de los calados históricos de la bodega del Conde de los Andes en Ollauri.

VINOS CATADOS DE ESTA BODEGA

Monte Gatún 2020 Tinto
Arizcuren Solomazuelo Ánfora 2021 Tinto