Pasión por el vino español

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Hay veces que uno se tropieza con una tienda de vinos que es una auténtica joya, hasta el punto de que siente ganas de cambiarse de barrio. Con su terraza de aires parisinos, el servicio amable, las paredes copadas por estanterías llenas de vinos artesanos y sostenibles, el menú corto de platillos ligeros y la excelente música de fondo, Golborne Fine Wine es ese tipo de sitio.

Pese a que la selección de vinos españoles no es muy grande, el hecho de que sirvan por copas un vino canario de listán blanco como el Atlante, lo dice todo. El sumiller y jefe de compras Sam Heathcote, que es originario de Melbourne (Australia) y concibió la tienda durante el confinamiento, sabe cómo reconducir a los clientes que llegan preguntando por un pinot noir o un tinto para regalar hacia vinos menos habituales pero que encajan con los estilos que están buscando.

Las grandes regiones españolas están presentes a través de pequeños productores como ocurre con Bhilar en Rioja, y hay una selección relativamente amplia de zonas menos conocidas. Galicia está bien representada, no solo con albariños, sino también con godellos o con las cuvées que elabora Dominio do Bibei en Ribeira Sacra. En el portfolio van entrando y saliendo estilos que cuesta mucho ver en el Reino Unido, como un petit manseng en ánfora de Altolandón, un xarel.lo elaborado como vino tranquilo de Penedès, un bobal de Manchuela o uno de los nuevos palominos acogidos a VT Tierra de Cádiz. Si lo que apetece son burbujas, uno no se puede equivocar con el mineral Blanc de blancs de Raventós i Blanc.